martes, 18 de septiembre de 2012

Manipulando masas



Todos los individuos somos iguales ante la libertad de expresión. O bien vivimos en países donde el control mediático elimina la libertad de prensa, o vivimos en países ‘democráticos’ donde la manipulación mediática minimiza la libertad de expresión.
Los medios de comunicación crean, desarrollan y manejan las noticias a su antojo. Con un último y único objetivo: despistar y crear confusión. Y nos desentendamos. Pero no hay que desentenderse. Hay que entenderse. Y para ello existen teóricos como Noam Chomsky y su texto sobre las 10 estrategias de la manipulación mediática, este tipo de documentos nos alertan sobre la táctica concreta que se sigue, para que la interioricemos y la próxima vez que nos sentemos delante de la televisión, al lado de una radio o con el periódico en las manos, sintamos dónde y cómo se están aplicando los diez mandamientos.
Es indudable la influencia y el poder que ejercen los medios de comunicación; y es indudable también que muchos utilizan precisamente ese poder como medio transmisor de sus ideas. En esto consiste la manipulación de los medios de comunicación: es una influencia indirecta, sutil, que pretende transformar al hombre sin atacar directamente su voluntad o su libertad.
En muchas ocasiones, una persona intuye que está siendo manipulada pero no puede descubrir el mecanismo que está operando en sus valores, ideas o creencias. Para que la manipulación sea eficaz, no debe haber prueba de su presencia, si un individuo intuye o comprueba que está siendo manipulado por un determinado medio de comunicación está en situación de alerta para descubrir algunos de los procedimientos, mecanismos o acciones que intentan actuar sobre él. La manipulación se vale de diferentes técnicas con el fin de lograr un poder de convocatoria determinado. Los mensajes manipulativos se basan en no permitir que un individuo se defienda. Están estructurados por una serie de normas que son impuestas a través de pautas culturales, políticas y sociales.
Y entonces, cuando ya seamos conscientes, ya tenemos el control, ya sabemos filtrar y discernir y separaremos lo que sirve de lo que no sirve, y ya sabremos cuando es verdad y cuando no, porque algo en nuestro interior, nuestra brújula, nos indica el camino, y nos alerta.

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