martes, 18 de septiembre de 2012

LAS MARCAS TAMBIÉN MANIPULAN



Hoy en día la publicidad se ha convertido en un elemento totalmente intrusivo y su presencia es exageradamente notoria hoy en día. Hay pocos lugares en el entorno que no estén impregnados de formatos o piezas publicitarias usadas para infundir en la compra de un producto o servicio.
La publicidad es un elemento lo suficientemente amplio como para incluirse es casi cualquier cosa. Desde un cartel escrito a mano que aparece en una tienda anunciado “clases de manicure hasta la promoción de la concha nacar”, los volante distribuidos por las cadenas de supermercados que muestran cuáles son sus artículos en ofertas, los anuncios clasificados que aparecen en los periódicos, o el anuncio de una gaseosa se transmite por televisión, e incluso los afiches lectorales que muestran la imagen de un político siendo la solución para esta sociedad durante la campaña electoral, todos ellos son ejemplos de reclamos publicitarios. Por lo tanto, la publicidad adopta tantas formas como productos o servicios de venta, pues es uno de los medios por excelencia que estimula las ventas en un mundo donde el consumismo es el pan de cada día.
Una de las definiciones de la publicidad es que una forma de persuasión, es decir, un tipo de comunicación que busca crear o modificar actitudes hacia productos, servicios ideas.
En principio los objetivos de las estrategias publicitarias son dos. El primero es que la publicidad debe informar o transmitir un conocimiento. De este modo, la publicidad informará a su público sobre los aspectos más importante del producto o servicio que con el fin de captar la atención del  receptor para que adopte una posición de compra. Y en segundo lugar, la publicidad debe persuadir. Es decir, el objetivo de la comunicación publicitaria es ejercer una influencia sobre el publico que anteriormente fue segmentado para que realice, finalmente, la compra del producto anunciado.
Anteriormente el término “anunciar” se usaba con mayor frecuencia para “llamar la atención sobre algo”, “notificar o advertir”; pero con el tiempo este concepto se simplifico a dar información sobre algo en venta o sobre alguna promoción especial, Por esto podemos concluir que el fin de la publicidad actual es, cada vez más, no la de informar o divulgar un conocimientos acerca de un productos o servicios, sino más bien la de persuadir a las personas para cambiar sus hábitos de compra e influenciar en la cultura y volverla cada vez mas consumista.
Pero vale aclarar para todo tipo de personas que no se puede confundir el consumismo con calidad de vida.

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