Hoy en día la
publicidad se ha convertido en un elemento totalmente intrusivo y su presencia
es exageradamente notoria hoy en día. Hay pocos lugares en el entorno que no
estén impregnados de formatos o piezas publicitarias usadas para infundir en la
compra de un producto o servicio.
La publicidad es un elemento lo
suficientemente amplio como para incluirse es casi cualquier cosa. Desde un
cartel escrito a mano que aparece en una tienda anunciado “clases de manicure
hasta la promoción de la concha nacar”, los volante distribuidos por las
cadenas de supermercados que muestran cuáles son sus artículos en ofertas, los
anuncios clasificados que aparecen en los periódicos, o el anuncio de una
gaseosa se transmite por televisión, e incluso los afiches lectorales que muestran
la imagen de un político siendo la solución para esta sociedad durante la
campaña electoral, todos ellos son ejemplos de reclamos publicitarios. Por lo
tanto, la publicidad adopta tantas formas como productos o servicios de venta,
pues es uno de los medios por excelencia que estimula las ventas en un mundo donde
el consumismo es el pan de cada día.
Una de las definiciones de la
publicidad es que una forma de persuasión, es decir, un tipo de comunicación
que busca crear o modificar actitudes hacia productos, servicios ideas.
En principio los objetivos de las
estrategias publicitarias son dos. El primero es que la publicidad debe
informar o transmitir un conocimiento. De este modo, la publicidad informará a
su público sobre los aspectos más importante del producto o servicio que con el
fin de captar la atención del receptor para que adopte una posición de compra. Y en segundo
lugar, la publicidad debe persuadir. Es decir, el objetivo de la
comunicación publicitaria es ejercer una influencia sobre el publico que
anteriormente fue segmentado para que realice, finalmente, la compra del
producto anunciado.
Anteriormente el término
“anunciar” se usaba con mayor frecuencia para “llamar la atención sobre algo”,
“notificar o advertir”; pero con el tiempo este concepto se simplifico a dar
información sobre algo en venta o sobre alguna promoción especial, Por esto
podemos concluir que el fin de la publicidad actual es, cada vez más, no la de
informar o divulgar un conocimientos acerca de un productos o servicios, sino
más bien la de persuadir a las personas para cambiar sus hábitos de compra e
influenciar en la cultura y volverla cada vez mas consumista.
Pero vale aclarar para todo tipo
de personas que no se puede confundir el consumismo con calidad de vida.

















